En una jornada del Foro Argentino de Genética Bovina se recomendaron prácticas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero

Hay nuevas exigencias del consumo

En busca de consensuar ejes de trabajo que permitan adecuar manejos ganaderos al necesario cuidado del ambiente, el 25 del mes pasado el Foro Argentino de Genética Bovina (FAGB) concretó su 14ta. Jornada de actualización. Con la consigna: “Las vacas enfrían el planeta”, el encuentro virtual fue organizado junto con la Cámara Argentina de Biotecnologías de la Reproducción e Inseminación Artificial, la Sociedad Argentina de Tecnologías Embrionarias y con la Sociedad Rural Argentina.

En la apertura, Alfonso Bustillo, presidente del FAGB, explicó que este año pretenden avanzar sobre el camino de la eficiencia productiva, que es la manera que tienen los ganaderos de mostrar responsabilidad hacia la sociedad en lo que respecta al cuidado del medio ambiente. Pero advirtió que “para que el productor siga invirtiendo es necesario que exista rentabilidad y libertad de mercado, con las exportaciones cerradas o restringidas esto es imposible”, indicó.

En el primer bloque, Daniel Musi, expresidente de la Asociación Argentina de Producción Animal, hizo hincapié en el uso de la genética con información. “Los criadores en la Argentina se parecen a los agricultores que siembran soja o trigo. Prefieren utilizar toros bolsa blanca a utilizar toros con información y marca de origen, esto es algo que tenemos que comenzar a trabajar para poder tener los mejores animales produciendo de manera eficiente y de este modo estaremos ayudando a la sostenibilidad del sistema productivo”, afirmó.

A su turno, Aníbal Pordomingo, responsable de la Estación Experimental INTA Anguil, indicó que en las pruebas que realizaron junto con CREA Cabañas y con las Asociaciones de Criadores se está viendo que “es posible pensar que dentro de las poblaciones existen animales que consumiendo un 20% menos de alimentos producen lo mismo pero a la vez, las características de la res y la fertilidad no son afectadas en estos animales más eficientes”.

En el panel siguiente, María Mercedes Vasallo, líder de proyecto en Aacrea, explicó que la Mesa Argentina de Carne Sustentable (MACS) logró desarrollar los indicadores que hoy tienen que ser puestos a prueba a campo: “La MACS engloba actores diversos, desde la producción, la industria, la alimentación y el sector ambiental. Trabajamos arduamente para poder lograr consensos en todos los ejes que tienen que ver con la producción ganadera, el transporte, la industria y la distribución para llegar al consumidor. Los indicadores ya están listos y logramos presentarlos a la Mesa, ahora solo queda ponerlos en marcha y comenzar a certificar”, explicó.

Por su parte, María Isabel Nieto, del INTA Catamarca, señaló que sus estudios muestran que trabajando con la naturaleza es posible reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta un 30% de manera inicial. “Con manejos ajustados es posible que esta reducción sea mayor, lo más importante es que todos los ganaderos pueden hacerlo sin importar el tamaño de su explotación, ni la cantidad de cabezas que tenga cada uno”, afirmó.

En este sentido, Elizabeth Jacobo, docente de la Fauba contó que en sus trabajos en pastizales naturales de la Cuenca del Salado, con manejo inteligente y por ambientes, logró que los productores, la mayoría pequeños, aumenten su producción de 100 kilos/ha a 220 kilos/ha. “Pero en ese camino capturamos entre 0,5 y 1,5 t/ ha de CO2 equivalente, esto es parte de lo que también hace la ganadería pastoril, colaborando en reducir el carbono del aire”, aseguró.

Por último, Andrés Costamagna, miembro del Foro y coordinador de la jornada, indicó que es mucho lo que se está haciendo para desarrollar indicadores que permitan dar certezas para la actividad ganadera y su real impacto con el ambiente. “Los inventarios de gases de efecto invernadero deben ser alimentados con información generada por los actores privados y públicos para que sean reflejo real de las diferentes actividades y todas puedan hacer mejoras para cumplir con las metas de emisiones”, indicó.

Añadió que el año pasado se mostró que las vacas son parte de la solución. “Hoy afirmamos que las vacas enfrían el planeta. Hay que trabajar en poder reunir la información dispersa que cuenta la Argentina en diferentes ámbitos, para que los inventarios ajusten mejor. Pero debemos tener mecanismos de incentivos como en la provincia de Córdoba, con su política de Buenas Prácticas Agropecuarias. Necesitamos generar una Ley de Servicios Ambientales como las vigentes en Brasil, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Kazajstán y Japón, que apoyan estas buenas prácticas con pago por los servicios ambientales”, dijo Costamagna.